viernes, 29 de junio de 2007

REBELIÓN CULTURAL



Esta semana que viene, Malkavian se llena de cultura y nuevas propuestas.
No hay que repetir que el estreno universal de banda Malkavian en la plaza Santa Anna fue todo un éxito, al menos a nivel personal, aunque también de público, ya que no todos fueron amigos y conocidos, y aun así, bailaron y corearon los temas desde su posición discreta de espectador de Mataró. Una de las buenas noticias, va relacionada con nuestro dúo (por el momento, ya que la próxima semana ampliamos la banda). El sábado día 7, la CSOA la Fibra, cumple dos años de okupación con una larga lista de actividades a sus espaldas. Los artistas, informáticos y gente preocupada por temas sociales, han sido los grandes favorecidos de este centro. Han sido muchas las conferencias dadas y los talleres a los que se ha podido acceder de forma gratuita (casi nada). Una de las propuestas llevada a cabo por esta gente que más me ha sorprendido y gustado y en la que he participado siempre que he tenido material para presentarlo, han sido los Cabarets. Al principio eran cada varios meses, pero ya hace tiempo que estos Cabarets se realizan mensualmente. En todos ellos encontramos conciertos, teatro, danza y circo entrelazados con una económica cena y barra (muy rica, por cierto), para todos los asistentes. Éste sábado, habrá actividades todo el día, desde juegos para niños por la mañana, hasta un cercavilla por la tarde, y evidentemente, la cena, esta vez amenizada por la banda Malkavian (Es decir, Julián Pato a la guitarra y yo misma a la voz). Alguna versión nueva caerá para los que quieran repetir pero les auste encontrarse con lo mismo. Dos bolos, dos shows. esto será hacia las 21-21:30 de la noche. Después, podreis disfrutar del resto de actuaciones del Cabaret que serán muchas. ¿Qué sería de nuestra ciudad sin gente como nosotros? Llegando a los 30 y todavía nos quedan sueños por cumplir. De echo, a mí, se me reproducen como una plaga que nunca termina. ¡felicidades por estos dos años de actividad y que sean muchos más! tralará, tralará....
Otra de las buenas noticias que ha tenido Malkavian estos días, ha llegado de manos de Juanma sin Criterio. Él trabaja limpiando nuestra ciudad como basurero. Allí, encuentra un montón de tesoros para reciclar, entre ellos, libros. Estos libros ya no le caben en casa y Juanma busca un hogar para todos ellos. De momento serán unos 50 los que acoja Malkavian en su microcosmos. Así que en brebe, el "proyecto de Augie" (que es como se va a llamar en homenaje al protagonista de la película Smoke), tomará forma entre nuestras paredes. Pero no penseis que serán libros cualquiera. Todos ellos han pasado la censura de Juanma sin Criterio, que adora la lectura.
Y no contentos con eso, Malkavian, cede su espacio para que en él se rueden los títulos de crédito de un corto que dirigirá Tete junto a otros absenteros del bar y también para que un fotógrafo de Mataró (del que no diré el nombre hasta que termine ya que le asusta el resultado de su trabajo), haga una de sus sesiones.
Tenemos una semana completita y llena de cambios. Si consigo que me arreglen la persiana automática en los próximos días, habrá sido otra gran batalla servida con mucha gentileza. Otra patada a todos aquellos que se quejan y no hacen nada o sólo piensan en verde (y no me refiero a los ecoligistas ni a la Heineken).

miércoles, 27 de junio de 2007

DISONANTES




Sueñas cada noche conmigo
con tener algo efímero conmigo
los días que pasas en tu sueño
no son cuentas que te importen.

Pero al fin y al cabo
todo lo que deseas es efímero
durante meses inviertes tu tiempo
en algo breve i distante.

Nos sentimos a destiempo
sin coincidir en el instante
un abrazo fuerte por dentro
nos quema disonante
nos guardamos la saliva
con la mente en otra parte.

Yo a veces te sueño conmigo
con una vida entera contigo
durante breves momentos
en mi corazón te siento eterno.

Pero al fin y al cabo
sólo es a veces cuando lo pienso
mis efímeros y locos deseos
siempre se me quedan grandes.

martes, 26 de junio de 2007

NAYREA



Contaba con 8 años cuando papá se fue a hacer las Américas. Vivíamos en una pequeña casa de pescadores con dos plantas. Le recuerdo salir de allí por el umbral de la puerta con una maleta de viaje y una bolsa con comida prometiendo volver en breve para llevarnos con él. A los pocos meses llegó un pasaje para mi madre hacia Cuba y marchó también prometiendo regresar. Partió con tres maletas de viaje y dos bolsas con comida dejándome sólo con el abuelo. Jamás volví a saber de ellos.
El abuelo se empeñó en enseñarme las lecciones en esa época en que los niños de mi edad volvían a la escuela. No tenía amigos, los chavales se conocían todos entre ellos y yo a ninguno. Recuerdo las mañanas en el jardín, cuando el abuelo regresaba de vender la mercancía que durante toda la noche había estado pescando. Solía levantarme con un enorme vaso de leche caliente sobre la mesita y unas tostadas con azúcar y aceite que tomaba ya de pie en la cocina mientras le observaba a través de la ventana. Me gustaba verle regar las flores, las hortalizas y ese limonero. Cuando terminaba iba con él y allí empezaban las clases. Me hablaba de guerras, de números, de artistas, leyendas... Finalizábamos siempre con la lectura en el salón de algún cuento para niños que yo no solía creer pero que por el contrario, alimentaba mis sueños y mis horas muertas en la casa.
Todavía pienso en la mañana que por primera vez le escuché hablar de las sirenas. Fue precisamente en el jardín, mientras me contaba cómo todas las noches que había buena mar él y sus compañeros, cada uno con su red, cogían las barcas y se lanzaban a un oscuro y profundo océano bajo un manto de estrellas, con la luna sobre sus cabezas como única compañera y todas aquellas leyendas que se contaban mientras hundían las redes en el agua. Habló de aquellas criaturas con cola de pez y cuerpo de mujer que peinaban sus largas cabelleras con cepillos de coral utilizando la luna como espejo. Que igual que hermosas eran crueles y con sus cantos hacían enloquecer a marineros que tranquilos navegaban por las aguas saladas llevándolos a la deriva, estrellándoles en espigones, hundiendo sus barcas, provocando crueles tormentas.
Aquella noche fue inquietante y oscura. No había logrado ver una sola estrella brillar en el cielo cuando momentos antes había tenido que bajar al baño en un aprieto cruzando el jardín. El viento golpeaba puertas y ventanas mientras se agotaba la última vela que quedaba en mi cuarto. Había olvidado coger antes de repuesto. La casa se encontraba repleta de fantasmas y hombres del saco acechando a niños que se encontraban solos. Había intentado cerrar los ojos pero no había logrado dormir, así que permanecí horas mirando cómo la débil llama danzaba sobre la cera, obligándome a imaginar bonitas historias de hidalgos caballeros y valerosos piratas. Alguien, de pronto, aporreó la puerta de entrada. ¿Quién podía ser a esas horas? Descarté al instante la posibilidad que fuera un vecino en una visita de cortesía, así que decidí esperar. De nuevo aporreaban con ansia. Asomé la cabeza por el ventanuco que daba a la calle pero no pude ver nada. Pensé que tal vez ahora me tocaba a mí ser el héroe. Esa era mi casa y debía protegerla. Me armé con todo el valor que encontré y me dispuse a bajar por las empinadas y estrechas escaleras. El viento cada vez silbaba más fuerte a través de las paredes, la madera crujía bajo mis pies y de pronto, al fin, se consumió la vela. El valor de antaño se escurría por un infinito laberinto y pensando ya que todo aquello debía ser fruto de algún tipo de conspiración sobrenatural, salí disparado chocando contra cantos y muebles hacia el exterior para poder respirar un poco de aire fresco. Y fue allí cuando al fin abrí la puerta, cuando me encontré con esos dos tipos sujetando a mi abuelo que se presentaba medio desmayado y con una brecha en la cabeza que cubría su pelo y su rostro de sangre. Aquella imagen me congeló. Rápidamente me acerqué hacia la cocina en busca de velas para iluminar el salón. Sobre el sofá tendieron al abuelo diciéndome que estaba bien, que uno de los chicos había ido en busca del médico y no tardaría en llegar..
Yo no sabía si estaba bien o no, sólo sabía que también el sofá ahora se teñía con sangre, y que no reconocía su mirada en esos ojos perdidos en algún cielo. Al llegar el doctor con el joven, mi casa quedó invadida por desconocidos que educadamente me invitaron a acostarme y dejar la vida de mi abuelo en sus manos. Aquella noche cayó una gran tormenta.
Efectivamente, al día siguiente ya se sentía mucho mejor. Lucía unas vendas justo en el lugar donde tenía la brecha que cambiaba y limpiaba para evitar una posible infección. Pero algo en su mente se había distorsionado. Me contó que una fuerte lluvia les había cogido en alta mar la noche anterior. De pronto escuchó algo que parecía una voz a lo lejos. Pensó que tal vez alguien habría podido naufragar con el temporal y necesitaba ayuda así que fue hacia la voz haciendo caso omiso de la tormenta que se avecinaba. A medida que fue acercándose pudo oír la voz más clara y se dio cuenta que ésta pertenecía a una mujer que más que necesitar ayuda se regocijaba en su canto. Juró que era la voz más hermosa que jamás había escuchado. A partir de ahí no recordaba gran cosa: la tormenta cayendo sobre él, su barca hecha añicos a golpes de olas y una madera de ésta golpeando en su cabeza. El resto, sólo podía imaginarlo.
Ya no salía a pescar, no tenía con que hacerlo, aunque cierto era, también, que tampoco parecía apetecerle mucho. Ahora el abuelo prefería quedarse en su jardín hablando con sus hortalizas y distante de todo lo que le rodeaba. Empezó a sufrir unas horribles jaquecas que le hacían delirar, hablar de cosas que no lograba comprender con gente que no conocía, y entonces se ponía a repetir ese nombre: “Nayrea, Nayrea...”
La noche que se marchó, sufrió el peor de éstos dolores. Apretaba con fuerza la cabeza entre sus puños mientras gritaba y derramaba lágrimas de impotencia. Cualquier cosa que yo pudiera hacer parecía inútil, sólo respondía a sus propios estímulos, los que le provocaban el sufrimiento. De pronto, se levantó de la mesa y comenzó una carrera hasta la puerta de salida mientras gritaba sin parar que por favor callaran, que no le torturaran más. Yo le vi perderse calle abajo mientras decidido se dirigía a su mar. Quedé unos segundos escondido tras mi portal, asustado. Cuando llegué a la playa ya sólo pude verle a lo lejos mientras a carcajadas se dirigía hacia su perdición. Yo le grité desde la orilla que no se fuera, que no podía dejarme solo. Pero de nada sirvió que le suplicara. Aquella noche volvió a haber tormenta. No me extrañó en absoluto. A la mañana siguiente los pescadores me encontraron congelado allí donde vi marchar al abuelo con la esperanza que todavía regresara. Me acompañaron a casa y cuando me preguntaron qué le había ocurrido sólo pude contestar: “Se lo han llevado las sirenas”. Ninguno de ellos volvió a preguntar nada. Cruzaron miradas cómplices y agacharon la cabeza con tristeza.
Pasaron tres semanas hasta que apareció el cuerpo del abuelo flotando a orillas del mar. Toda idea de sirenas, gnomos, hechiceros y dragones dejaron de tener sentido para mí desde ese instante. No podía más que pensar que había sido víctima de sus alocadas supersticiones y que a mí no iba a ocurrirme lo mismo. Con tan sólo doce años y pocos ahorros compré una nueva barca y me uní a los pescadores en sus largas noches de pérdida en un inmenso mar negro, bajo un manto de estrellas y la luna sobre sus cabezas.
Ahora siento como se avecina viento de tormenta, puedo olerlo en el aire. Creo que será mejor que me acerque hasta la orilla. Por si acaso.



Lástima que sea un anuncio.

sábado, 23 de junio de 2007

ROLLING STONES



El verano llegaba a las 21:06 el dia 21 de junio, y era justo esa hora en la que Juli y yo entrábamos en el estadio olímpico de Barcelona para ver en directo a los más grandes de la historia del rock. Durante la larga espera (aunque en realidad no lo era tanto), fuimos cogiendo posición hasta quedarnos pegados a la valla de la pasarela central. Seguro que en algún momento pasarían muy, muy cerquita de nosotros. Ese lugar nos permitía visibilidad y un poco de aire fresco que siempre es de agradecer. Las gradas no estaban llenas del todo, pero también es cierto que nosotros teníamos entrada para grada y nos fuimos directos abajo, con la plebe. ¿Quién coño quiere sentarse en un concierto de los Rolling Stones?

Las primeras canciones tuvieron garra, pero parecía que Keith todavía sentía los efectos de la morfina. No fue hasta la tercera-cuarta canción, cuando empezó a espabilarse y dar los guitarrazos donde devía con su telecaster amarillo-crema. Más de uno quería arrancársela de las manos y ponerse a tocar él (¿verdad Juli?).

Empezaron con su emblemático start me up y sólo se permitieron dos baladas en las dos horas que duró el concierto, una de ellas, la cantó Keith Richards, que fue el gran ovacionado de la noche. El público no le dejaba hablar ni continuar con el show, así que se cantó un par de temitas. Por cierto Keith, ¿te han dicho alguna vez que tocas muy bien la guitarra?

A partir de ahí la cosa fue cada vez a más. Fue en el Mis you, cuando el ecenario móvil se dispuso a defilar por la pasarela. Sí, sí, por esa pasarela a la que Juli y yo estábamos tan bien agarrados y pudimos verles a menos de metro y medio sobre nuestras cabezas. Los contorneos de Mick siguen sin tener desperdicio, si no le veías las arrugas, seguía pareciendo un chavalín de nuestra quinta, y lo admiro. Me puse, me puse un montón, y si de algo me arrepiento es de no haberme quitado las bragas en ese momento para lanzárselas al escenario. ¡Puro Rock&Roll! A la vuelta al escenario, con el Honky Tonk woman, Keith nos dedicó una mirada y un guitarrazo a Juli y a mí. Pensó "me gusta tu calva y tu gorrito" (yo era la del gorrito).

Suerte tienen de Charlie Watts y de Ron Wood, que aunque más desapercibidos, se llevaron todos los golpes certeros. A Mick, con verle contornearse y pegar unos cantes, para qué pedirle más, pero a Keith, aunque el más entrañable, se le olvidó sacarse la goma del brazo.

fueron dos horas inolvidables en un paradisíaco infierno por el que volvería a pagar los 70 euros que me costó la entrada las veces que hiciera falta.

¡Larga vida a los Rolling y larga vida al Rock&Roll!

jueves, 21 de junio de 2007

MATARÓ



Ésta es nuestra ciuda. Una ciudad enferma y llena de tristezas tras las cabezas bajas de los deambulantes. Un lugar del que nadie escapa porque cuando lo hace, lo hecha de menos. Aquí estamos acostumbrados a querernos entre nosotros porque no hay una jodida cosa que nos haga amar a las manos que la desedifican.

Pero a nuestros amigos siempre nos los cruzamos por la calle. Odiamos los muros, pero no podemos vivir sin nuestra gente. Odiamos la política que no se lleva a cavo i odiamos las mentes pensantes que sólo miran por sus bolsillos, pero eso nos hace fuertes, y hacerse fuerte es una gran adicción. Quiero la guerra, quiero que se libre una gran batalla i que consigamos cambiar nuestro mundo. Vivimos en una ciudad que muere y sólo nosotros podemos cambiar eso. A ellos no les gustan los colores, no les gusta vernos felices, ni que cantemos, ni que pintemos nuestras fachadas si no es con los colores acordados por convenio, no les gusta que tengamos mentes creativas ni que critiquemos su falta de trabajo, su monotemática para destruir nuestros sueños y construir sus parcelas de demonios de Lynch.

Pero esta vez os invito a que pensemos por nosotros mismos y a que les encaremos porque eso es algo que los hombres de gris no soportan que hagamos. Para hacer la guerra no hace falta ser mucho. Tenemos cerebritos que crean nuevas imàgenes y proyectan, tenemos manos que construyen cosas bonitas, voces que gritan aquello que elegimos, pies que caminan hacia nuevos futuros y corazones que laten con gran intensidad si les dejamos desbocar. Nuestras vidas dependen sólo de nosotros, y sí amigos, podemos cambiar todo aquello que nos espera. Podemos cambiar nuestros trabajos, nuestros bares, nuestros sueños, nuestro modus vivendis (hipotecas, matrimonio, hijos, dinero en nuestra libreta de ahorros, OT...), podemos incluso apagar nuestros televisores y que ya no nos preocupe lo que ellos eligen que nos tiene que preocupar, podemos construinos nuestra propia burbuja y hacerla real, tan real como todas esas cosas tan serias que nos hacen marear las cabezas sólo porque a ellos les gusta que nuestras cabezas sufran por todo aquello que nunca, de forma natural, hubiera ocupado un sólo segundo de nuestro pensamiento.

Esto es Mataró amigos, Mataró va dejando de ser ellos, porque una vez te has ido, te das cuenta que Mataró sólo somos nosotros y la sangre que corre por nuestras venas.



miércoles, 20 de junio de 2007

EL BOSQUE



Empieza por la piel
Todo empieza por la piel
Al final sólo queda la garganta
Un hilo fino sin voz

El corazón se asusta
Se le oye retumbar muy fuerte
Pronto su latir va a cesar
Se asfixiará en gris

Una nube de humo que no se ve porque va por dentro
Una charca abandonada sin sapos ni ranas
Un bosque sin luz que emerge negro en tu sombra

Las piernas flojean
Una corriente que hace desfallecer
Los brazos muy cansados
Nada puedes coger

No hay cerebro
Fue el primero en caer muerto
Ya a nadie veo
Ya a nadie creo

Una nube de humo que no se ve porque va por dentro
Una charca abandonada sin sapos ni ranas
Un bosque sin luz que emerge negro en tu sombra

martes, 19 de junio de 2007

CLAN MALKAVIAN



E aquí algunos fragmentos de historias recogidas de aquí y de allá que hablan sobre el clan Malkavian:



Los Malkavian están locos, todos y cada uno de ellos.De la locura, empero, viene la sabiduría y de la sabiduría viene el poder.Los Malkavian son verdaderas criaturas del caos.Sin embargo, también son conocidos como payasos y bromistas.Como todas las cosas relacionadas con ellos, no todo tiene sentido.

No temáis chiquillos y chiquillas de este anciano y pobre loco... en mi locura encontrareis la repuesta a todas vuestras preguntas.
Yo os guiare por este oscuro mundo de la noche y conmigo podréis descubrir la verdadera realidad que se os ha negado durante tanto tiempo...
Venid a mi... y yo os guiare como Malkav guió a nuestro padre Caín por la oscura senda de la Eternidad.

Caín, el primer vampiro (o según otras tradiciones el segundo, ya que el primero fue Lilith, la primera mujer del paraiso, antes que Eva), pidió a cada uno de sus 13 hijos que fueran por el mundo en busca de alguna cosa que le honrara. Malkav volvió con la sabiduría y le hizo una cuantas preguntas a Caín que no supo responder.

Y Entonces Caín se dirigió a Malkav: "No lo sé, Vidente, y tú tampoco lo sabrás, y al igual que mi hermano me temió, los tuyos te temerán, a tus visiones y a tus siguientes preguntas. Te condeno al silencio, Al silencio de la locura para que, como Yo, te pierdas solo en la duda." Así fue como Malkav quedó destinado a La locura, envuelto en la duda, Y así aguarda hasta la Gehena para preguntarle de nuevo a Caín: "¿Por qué?".

De acuerdo con los antiguos Malkavian, la larga y trágica historia del clan Malkavian empieza mucho antes del nacimiento del fundador del clan, el Antediluviano de Tercera Generación Malkav. En su lugar empieza con las fuerzas primarias que dieron forma al universo informe y crearon el orden a partir del caos.



El universo era un ente cambiante, dinámico, lleno de oportunas posibilidades y contradicciones sin fin. Los seres que habitaban este universo fluyente eran hijos de las estrellas que podían estar donde quisieran, en todos los sitios y en ninguno a la vez. Su existencia era pura potencia, de tanta riqueza que nadie hoy en día puede comprenderlo siquiera.

No todos estos semidioses estaban contentos con la infinidad que poseían, y conspiraron para apartar a los otros de la eternidad. Empezaron a extirpar las infinitas posibilidades y las ataron con palabras y sonidos. Esto arrancó voluminosas secciones del flujo de los otros habitantes a la vez que les arrancaba parte de su ser. Esto causó una brecha en los ciclos de magia del universo, y los atascó con lesiones sarnosas. Las ricas posibilidades de la magia dejaron de fluir, las criaturas de pura energía fluyente, como las hadas, sufrieron mucho por la disrupción en el maná que era la sangre de su vida. Muchos perecieron, y la mayoría de los supervivientes huyeron a la lejana dimensión de Arcadia. Consiguieron escapar de la catastrófica sequía mágica que había conseguido convertir la realidad de la Tierra en un páramo baldío, pero aún persiguen volver a su tierra natal por la fuerza.

Esta destructiva condena de la magia continúa hoy, a medida que la realidad de la Tierra es continuamente clavada en un crucifijo de ciencia y “realidad objetiva.” Las legiones de mortales que abrazan la evidencia empírica como la única fuente de conocimiento refuerzan el daño mortal y separan al resto de la raza de su herencia ancestral. Los Malkavian, junto con sus aliados feéricos secretos, trabajan para desestabilizar las estructuras de la realidad y liberar el maná.



lunes, 18 de junio de 2007

DEL REVÉS



Nada sabe a nostalgia de cosas que nunca sucedieron. Así te recuerdo. En tiempos y lugares que no fueron, con gente que jamás conocimos el uno del otro, con esa forma de ser que tanto me gusta y no es la tuya. Voy mirando hacia adelante, cada vez camino más lejos de ti, con un corazón que se apaga con el paso de los años, con tu olvido y con mi tedio.

Vacío se mira hacia adentro y es hueco pero no vacío. Molesta, estriñe, me obliga a apretar los dientes. Siempre te culpo a ti. Por el poder de las palabras y porque las tuyas fueron siempre las más bonitas. No imaginaba entonces, que esas mismas palabras, llegarían a mis oídos de la boca de tantos otros que pretendía que fueran tú. Siempre fueron mentira. También yo he aprendido a usarlas, funcionan cuando les doy la misma importancia que los tipos a quien se las he escuchado. Nadie se enfada ni se molesta, más al contrario, muchos se alivian al ver que no las siento, que simplemente es un juego. Yo las creí, mantuve mi espejismo, pensé que si tenía mucha fe podría hacerlas verdaderas y perdurables. Las guardé dentro de ti y luego te fuiste. Las verdades se te caían por los bolsillos agujereados del forro polar al bajar las escaleras de mi casa. Tu espalda decía “no voy a volver” peldaño a peldaño, como un mantra que se repite por dentro. Fueron malas palabras. Tan malas como ciertas. Las palabras de antaño cayeron todas antes que encontraras el portal de alguna de tus casas. Hizo mucho viento y mucha lluvia esa primavera. Todo lo viejo fue barrido y purificado y eliminado y arrebatado. Incluso lo bonito.
Nada y Vacío van conmigo pero los llevo por dentro. Mis ropas de uso cotidiano están llenas de calles y plazas con gente, amigos en los bares, música en el aire, alcohol corriendo por mis venas, Venus en lo alto junto a la luna, la polla de alguno en mi sexo, rosas de Pakistán, risas sin freno. Un gran abanico de posibilidades para poner a Dolor boca abajo. Y en cada una de mis apuestas, en cada uno de mis fracasos, el lamento de tu ausencia, la gran pregunta…

Pero no, contigo tampoco hubiera sido mejor.

No encontrarse nunca es caminar en paralelo. Nosotros, siempre camina en paralelo. Menos cuando fuimos uno. Entonces hacíamos eses, nos perdíamos, nos encontrábamos de espaldas, tropezábamos el uno con el otro, pasábamos de frente y delante. Estúpida borrachera de amor con Locura y Torpeza que no dejaba resaca. Luego sí. A medida que se acercaba el final.

Al final de las escaleras estaba tu vieja buhardilla. Aquella que compartías con un amigo. En tu primera residencia pusiste a tu mujer, en la segunda te pusiste a ti, en la tercera al resto. De nada servía que esos ventanucos no quisieran cerrar bien, que fuera uno de los otoños más fríos que recuerdo, la nieve llegó a Madrid capital en invierno, ese año hubo navidades también para los monstruos, no sirvió tampoco que no pudiera comprarme un buen abrigo. A tu buhardilla siempre vino Calor. En tu cama siempre estuvo Calor. Y todas esas palabras dichas. Nos leíamos en voz alta y mejorábamos los versos el uno para el otro. Palabras preciosas aunque mal dichas. Torpes, locas, falsas. Como nuestros pasos. Ahora mantenemos el equilibrio caminando en paralelo. Vamos con cuidado.

Volví a tu ciudad no hace mucho y me planté en la calle Tesoro. Encontré el portal pero ya no había buhardilla ni escaleras que subieran. Sólo la fachada seguía erguida. Tras ella, andamios y restos. Escombros y tesoros visibles sólo para mí, me hicieron pensar que a veces, Nostalgia, sí trae cosas que algún día existieron. Nosotros, no debió existir nunca. La que habitaba tu primera casa, bien lo sabía. El edificio se había venido abajo. El tiempo todo lo ha destruido.

Cuando pongo a Vacío del revés, veo que todavía puedo encontrar a Todo. Y que Todo camina borracho de amor conmigo por bares y plazas, por brazos y piernas que no son de nadie, como yo, desde que mis verdades te saltaron de los bolsillos y Calor se convirtió en juego.

domingo, 17 de junio de 2007

DE GRIS A GRIS




Doblo tus esquinas
Con rabia miro hacia arriba
Sólo distingo dos tonos
De gris a gris, de gris a gris.

Intento buscar más abajo
A la altura de los portales cerrados
Aun así sigo observando
De gris a gris, de gris a gris.

Sólo dentro de la gente consigo ver algo.
Algo que sigue dormido
Tendré que despertarlo.
Ojos, abrid el candado que os mantiene cegados
Quiero jugar por la vida
Quiero jugar al fracaso.

Cuidado, siempre hay alguien cerca escuchando
Listo para disparar sus dardos
A punto para murmurar gritando

Sabes que siempre que pierdo vuelvo a intentarlo
No pienso dejar que mi mundo
Por ti pierda el encanto.

Sólo dentro de la gente consigo ver algo.
Algo que sigue dormido
Tendré que despertarlo.
Ojos, abrid el candado que os mantiene cegados
Quiero jugar por la vida
Quiero apostarme el fracaso.

Doblo tus esquinas
Con rabia miro hacia arriba
Sólo distingo dos tonos
De gris a gris, de gris a gris.